SEMILLAS DE ESPERANZA EN BOGOTÁ

actividad4Desde hace cinco años una energía especial se ha condensado en la ciudad de Bogotá, permitiendo que el entusiasmo y el esfuerzo de unos pocos lleve momentos de sonrisas a decenas de niños de escasos recursos de la ciudad. Hacia finales del 2005 ese trabajo se cristalizó en la Asociación Voy A Cambiar El Mundo, entidad sin animo de lucro, que durante el 2006 vivio un primer año lleno de sobresaltos, carreras, afanes y retos, así como de satisfacciones, encuentros y desafios resueltos.

El proyecto Semillas de Esperanza resume su objetivo principal de trabajo de este año en reforzar la enseñanza de los valores respeto, honestidad y solidaridad entre los beneficiarios de sus actividades.

El respeto se hizo presente en cada una de las dieciséis actividades que se llevaron a cabo entre los meses de marzo y noviembre, donde cada sábado traían el encuentro entre un grupo de niños ansiosos por empezar y un grupo de socios con la energía necesaria para crear un lindo recuerdo.

La honestidad acompañó también las tardes de todo el año, mientras el camino a seguir se iba perfilando, a veces claro, a veces difuminado, pero siempre dentro de la certeza que el trabajo en equipo da frutos.

HALLOWEEN

Mención especial merece en esta ocasion la fiesta de Halloween donde el mago, el payaso, los títeres, los dulces y el helado cerraron con broche de oro las actividades mensuales del proyecto.

NAVIDAD

Y la solidaridad llegó a su máxima expresión con la entrega de regalos de Navidad, que por tercer año consecutivo, congregó a más de 100 niños de la zona en torno a la alegría de compartir con los demás.

El 9 de diciembre ciento veinte niños y sus padres acudieron puntuales a la cita en el salón de actos del Colegio Cafam Bellavista, que igual que a todo lo largo del año, amablemente nos facilitó el espacio para realizar el evento. En medio de villancicos fueron recibiendo la bienvenida, que se siguió de los agradecimientos a las empresas y personas que hiceron posible dicha entrega. A ellos nuevamente a través de este medio la más sincera gratitud por permitir convertir ese sueño en realidad.

 

Luego, los títeres se tomaron el escenario entre chistes y la moraleja de una historia de amor entre una princesa y un picapedrero, José y Cristián Rodríguez hicieron gala de sus habilidades teatrales con los muñecos fabricados por ellos mismos.

Posteriormente el ritmo de moda, el reggeaton, se tomó el cuerpo de algunos de los niños mostrando sus capacidades en el baile y desde los más pequeños hasta los mayorcitos exhibieron su entusiasmo por la música. Y para no quedarse atrás los socios presentaron su versión de la coreografía de Grease, que después de semanas de ensayo culmino con los aplausos de los asistentes.

Finalmente el momento más esperado. La entrega de los regalos corrió a cargo de Mamá y Papá Noel que fueron iluminando a cada momento las caras de los niños y sus familias, que concluyeron junto a nosotros la jornada y esperan desde ya el inicio de la próxima etapa.


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